El pasado fin de semana tuvo lugar en la pedanía murciana de La Cueva de Monteagudo la primera edición, y esperamos que sean muchas, del Alibaba Photo Festival, un festival de fotografía de autor organizado por el centro de creación La Postiza y que pretende ser un punto de encuentro entre los artistas y profesionales que utilizan el medio como un modo de reflexión visual y el público general, que se acerca a la fotografía como actividad comunicativa o lúdica.
De esta forma, hemos tenido tres días de
exposiciones, performances, visionados, debates (alboroques en este caso),
intercambio fotográfico o fotosecado y música.
Aunque solo pude asistir a una de las tres
jornadas de las que constaba, tengo que decir que fue una grata sorpresa, una
forma diferente de acercarse a la fotografía, muy distinta a lo que estamos
acostumbrados a ver por aquí, en la que primaba por encima de todo la alegría y
la visión personal de los autores y de la organización. Es, ante todo, un
auténtico Festival.
Pero pongámonos primero en antecedentes. ¿Qué
es La Postiza? En palabras de su creadora, Belén Conesa, La Postiza es un
centro de producción artística y residencia internacional, en el que artistas
de todo el mundo desarrollan un proyecto personal que concluye con una
exposición y el apoyo del centro para darle difusión, además de un centro de
pensamiento contemporáneo, que pretende generar debate y crítica con el entorno
social actual.
Y es así como surge Alibaba. A partir de un
programa de fotografía desarrollado por el centro que acaba integrándose, junto
con el colectivo La Expansiva, en un festival independiente y distinto, en el
que encontramos exposiciones en los lugares más insospechados, como huertos, pajares,
balcones o acequias, así como fotografías sobre soportes aun más
desconcertantes (qué decir sobre la exposición de CienOjetes, que en lugar de
papel utiliza enormes bragas de abuela como soporte de impresión).
Otro de los hechos destacables de Alibaba
reside en la simbiosis del festival con el entorno en el que se desarrolla, es
decir, la integración e implicación del pueblo de La Cueva de Monteagudo, que
participa cediendo espacios y con una exposición de los habitantes del lugar,
así como en una de las secciones más novedosas del festival, que lleva el
nombre de ‘adopta un fotógrafo’, y en la que tres fotógrafos han compartido el
fin de semana con familias de La Cueva, alojados en sus propias casas. Por no
hablar de la maravillosa actuación de bailes regionales del grupo folclórico de
la localidad.
En resumen, un fin de semana intenso, interesante
y divertido, que espero que se repita a lo largo de los años (eso creo después
de ver la aceptación por parte del público asistente). También espero que la
afirmación que se repetía en uno de los alboroques que presencié, ‘la
fotografía ha muerto’, no sea cierta. Si es así, no podremos disfrutar de más
ediciones de este delicioso encuentro.
Autor. Joaquín Marín
Fotografías. Fotografosmurcia.net
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