Un año más, y ya van tres consecutivos (gracias, José Luis y
Cristina), hemos podido disfrutar por estas fechas en Murcia del reconocido
fotoperiodista Antonio Aragón Renuncio, esta vez en formato de taller, en una
de las múltiples actividades que lleva a cabo la Sala Cíclope, con residencia
en el Centro Cultural Puertas de Castilla.
Si bien en años anteriores su visita llegaba presidiendo las
Jornadas de Fotografía Solidaria, en esta ocasión nos encontramos con un
formato más intimista y formativo, un Workshop o taller, que permite un
contacto más directo con el autor. En este caso se trataba de un taller de
fotografía documental, disciplina en la que destaca de manera sobresaliente
Antonio Aragón y que lleva ejerciendo más de 25 años, centrando la mayor parte
de su trabajo en las comunidades más marginales de África.
En primer lugar, me gustaría mostrar mi gratitud hacia
Antonio, que sigue viniendo cada año para hacernos
disfrutar de sus conocimientos y experiencias. Si en un principio comencé
admirando su obra, cada año que pasa ha ido creciendo mi admiración hacia él
como persona, hasta el punto de que empiezo a considerarlo, además de un
maestro, un amigo, algo que puede resultar difícil dentro del mundo de la
fotografía. En serio, esos ratos fuera del horario oficial no tienen
desperdicio.
En lo que se refiere al taller, se trata de una oportunidad
que no debería dejar escapar nadie que esté interesado en la fotografía
documental, y más aún en cómo llevar a cabo un proyecto fotográfico. Durante
las dos tardes de las que ha constado, Antonio Aragón nos ha desgranado con
absoluta claridad su método de trabajo a la hora de enfrentarse a un proyecto
de estas características. Sin dejar nada de lado, ha explicado cómo acercarse
al tema de interés de nuestro proyecto, cómo profundizar en la narrativa que
hilvana el hilo de nuestra historia y cómo estructurar el discurso final para
que al espectador pueda comprender qué es lo que queremos transmitir.
Podría seguir escribiendo sobre el contenido de este
magnífico taller, pero prefiero que quien esté interesado no pierda la
oportunidad de descubrirlo por sí mismo el año próximo.
En cambio si hay algo que me gustaría añadir, y es que me
sorprendió la media de edad de los participantes, muy por encima de los treinta
años. No quiero decir que no puedan asistir a estos talleres personas de edad
superior a esa media, entre las que me encuentro de forma holgada, sino que me
sorprende, una vez más, la ausencia de estudiantes en una ciudad que cuenta con
dos facultades de comunicación (eso supone dos titulaciones de periodismo y
otras dos de comunicación audiovisual, con sus cuatro cursos correspondiente
por cada una), una escuela de bellas artes con titulación en fotografía,
cientos de cursos de fotografías, miles de fotógrafos ‘profesionales’ y otros
tantos medios de comunicación locales con sus respectivos periodistas.
En fin, lo dicho. Una lujo contar con la visita de Antonio
Aragón Renuncio cada final de año. Y que sea por muchos más.
Un saludo y buena toma
Autor: Joaquín Marín
Fotos: fotografomurcia.es
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